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PROTECCIÓN DE LOS ALIMENTOS

Desde la semilla hasta el estómago: el recorrido de nuestra cena


PROTECCIÓN DE LOS ALIMENTOS DEL MUNDO

La seguridad alimentaria es más que garantizar la calidad. Se desperdician más de 133 mil millones de libras por año, según los cálculos del Departamento de Agricultura de los EE. UU. Mantener la seguridad alimentaria en todos los pasos de la cadena de frío puede ayudar a reducir los desperdicios de alimentos y a proteger el suministro de alimentos de la nación.

Existe una conexión universal entre los continentes, los países y las culturas. Independientemente de lo que haya en su bol o en su plato, la comida es una forma de nutrición, bienestar y amor siempre presente para las familias. El alimento es la atracción principal de las celebraciones, un recorrido comestible por los recuerdos, una tradición perfectamente arraigada y el alimento que nos mantiene vivos.

Los consumidores conocen el destino de sus alimentos: el horno, la mesa, Instagram (#yum) y la boca. Sin embargo, ¿qué se necesita para llevar a la mesa el alimento de forma segura desde la granja? Resulta ser más de lo que muchos pueden imaginar. La comida puede parecer un punto menos tecnológico en nuestros días de tecnología avanzada, pero nuestro alimento está en línea en una red mucho más fría que la que estamos nosotros, literalmente.

La vinculación de la cadena de frío

Copeland aprovecha la tecnología de Internet de las cosas para potenciar la cadena de frío: un sistema interconectado de plantas tecnológicas, recipientes de envío y vehículos de transporte que trabajan detrás de escena para conservar la seguridad de los alimentos y para mantener la calidad. Con una amplia experiencia en cadena de frío, Copeland tiene una presencia significativa en todos los enlaces de la cadena de frío, incluidos las instalaciones de procesamiento de alimentos, los centros de distribución y almacén y las ubicaciones de ventas minoristas en todo el mundo.

Desde frutas frescas hasta carnes y bolsas de verduras congeladas, gran parte de los alimentos que los consumidores compran pasa tiempo viajando en la cadena de frío. Cada paso de este recorrido presenta posibilidades de que el alimento esté muy por encima de las temperaturas seguras, un riesgo para alimentos perecederos en particular.

“Hace tan solo algunas décadas, los transportistas de alimentos ponían un termómetro en los alimentos cuando llegaban a destino, ya sea en un viaje de cinco o 500 millas”, explicó Bob Sharp, presidente ejecutivo. “En la actualidad, contamos con la tecnología que nos ofrece información constante sobre la temperatura del alimento, desde la granja hasta el almacén y hasta la tienda, que nos ayuda a proteger su seguridad y calidad para los clientes a quienes prestamos servicios”.

Esta tecnología en tránsito es alimentada por sensores pequeños que monitorizan la temperatura superficial de los alimentos en el transporte. Los sensores, colocados entre las paletas de alimentos, envían una alerta si el alimento está demasiado caliente (un problema de seguridad) o demasiado frío (un problema de calidad). Mediante esta avanzada tecnología, Copeland ayuda a los clientes como Butterball a recopilar información de temperatura en tiempo real para millones de pavos que se servirán en las mesas en días festivos. La protección de la calidad y seguridad de los alimentos continúa después de la llegada segura del alimento. Copeland ofrece monitorización de refrigeración en tiempo real en más de 20 000 ubicaciones comerciales en cuatro continentes.

Seguridad alimentaria impulsada por Internet

Mantener los alimentos a la temperatura exacta adecuada es crucial para mantener la seguridad de los alimentos a medida que pasan de la granja a la tienda de comestibles. La seguridad alimentaria es la principal preocupación de la mayoría de los consumidores: una encuesta realizada por Copeland informó que nueve de cada diez adultos se preocupa por la seguridad de los alimentos. Cuando se considera que anualmente casi 50 millones de estadounidenses se enferman a causa de intoxicación por alimentos, la preocupación toma una particular relevancia.

Nuestra tecnología de Internet de las cosas ayuda a las empresas a cumplir con las reglas en constante expansión que mantienen a los alimentos seguros para los consumidores. Nuestra tecnología conectada, en tránsito y en centros de distribución y procesamiento refrigerados crea un registro permanente de información vital, como la temperatura y la ubicación, en todo el cambio de los alimentos. Estos datos tuvieron una importancia elevada en 2017 y ayudaron a que las empresas de transporte, los depósitos de almacenamiento y las tiendas minoristas pudieran cumplir con las normas de la Ley de Modernización de la Seguridad Alimentaria, que entró en vigor el año pasado con una nueva ola de regulaciones de seguridad alimentaria.

Copeland trabaja en estrecha colaboración con los gigantes comerciales minoristas para hacer posible el cumplimiento seguro y a temperatura controlada de las compras en línea. Nuestro negocio de la cadena de frío trabaja también con empresas más pequeñas. Aproximadamente el 80 por ciento de los envíos de alimentos en los EE. UU. son manejados por empresas de transporte más pequeñas con una flota de cinco o menos camiones, lo que dificulta hacer las inversiones necesarias para cumplir con las regulaciones federales. Al asociarse con empresas más grandes, como Copeland, las pequeñas empresas pueden cumplir sin las costosas inversiones en sus propios equipos.  

En combinación con nuestra monitorización de refrigeración avanzada y alimentos en 17 000 centros minoristas y más de 2 000 buques de carga a nivel mundial, nuestro negocio de cadena de frío permite que Copeland ofrezca soluciones de tecnología de extremo a extremo para monitorizar los alimentos desde la granja hasta su mesa. A esto lo consideramos un triunfo estimulante para los clientes y consumidores.



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